Aquí es donde el Nosotros advierte el cambio y lo que sugiere en el ritmo, en las vértebras y en el esbozo de los lazos que nos unen. Aquí es donde el Nosotros tendría que elegir un género, una línea, una definición que vendrá como una provocación o un efecto o una decisión fuera del Nosotros pero dentro del lenguaje.

Aquí es donde vuelves a arrojar el dado. La oportunidad del azar fuera del cuerpo. La oportunidad de los números y la gravedad.

Donde el lector, si hay un lector, necesita más pistas para decodificar la clave. Para decir, estas son palabras y estas son letras y esto tiene sentido a través de los ojos que juegan con el código.

Una pista: El Nosotros está hablando de la electricidad en las conexiones que lo definen. Los axones y la sinapsis como métodos de identificación o de separación y los grados entre ambas. El laberinto del cerebro como un recorrido hacia la identidad y lo que contiene.

Aquí es donde nuestras lenguas se reacomodan. Aquí es donde aprendes a pronunciar la palabra relación. La palabra lejanía. La palabra.

Aquí es donde digo que más que una pista esto es un secreto. La deconstrucción de la historia que no tiene testigos más que aquello que cabe en la genética y en los grados de separación entre un individuo y otro. O una individuo. O una madre y una hija y la hija de su hija.